El cine Bogart: arquitectura y misterio

Pocos edificios de la ciudad de Madrid son capaces de llamar tanto la atención y atraer el interés de los que pasan por delante, no por su grandiosidad, ni por ostentoso, es la decoración de sus fachadas y el estado de abandono al que se ha visto sometido durante años lo que hace que no puedas evitar pararte a pensar.

Su historia comienza hace más de un siglo, cuando el arquitecto Luis López López proyectó el local inicial construido en 1907 para albergar un pequeño salón-teatro, el Salón Madrid. Les duró poco, y dos años más tarde este mismo arquitecto se encargó de la primera reforma que sufrió el edificio y lo convirtió en cine y sala de espectáculos de variedades.

Tras su primera década de vida, Francisco Reynals transformó el edificio en un frontón femenino y se rebautizó como el Frontón Salón Madrid, para que tan solo dos años después fuera sometido a una nueva reforma de la mano del arquitecto Luis Ferrero Tomás que dio lugar al Teatro Rey Alfonso y le otorgó el estilo arquitectónico que a día de hoy se conserva. Es en esa época cuando comienzan las especulaciones, los rumores que rodean de misterio el edificio. Parece ser, que al tiempo que en el escenario principal se hacían representaciones estándar para todo tipo de público, actos de libertinaje y lúdicos se llevaban a cabo en los pisos superiores del edificio. Como cabe esperar, esas fiestas se llevaban a cabo en secreto y para un grupo muy selecto, faltaría más.

Ya en 1924 se convirtió en cine y, por sorprendente que parezca, la actividad duró menos que el salón-teatro inicial. Tras solamente un año de proyecciones tuvo lugar el primer cierre y la primera subasta, y pasó a dedicarse fundamentalmente al llamado género ínfimo al que sólo acudían hombres… Dos años después otra vez Ferrero proyectó una nueva reforma que dejaría únicamente el piso inferior como teatro.

Como te imaginarás a estas alturas, la cosa no quedó ahí. Llegó la República, y con ella de nuevo el cine, que en esta ocasión sobrevivió más de 30 años hasta que en 1965 se inauguró el Teatro Arniches. Aún le quedaban fuerzas al emblemático edificio, por eso en 1976 y tras un nuevo cierre, la protección del Patrimonio Artístico evitó su derribo. El entonces Cine Cedaceros mantuvo viva la sala exhibiendo películas “S” que eran novedad por la época y que como en ocasiones anteriores fueron perdiendo espectadores.

Esta vez en 1982 el edificio fue remodelado por sexta vez, ya la última, y pasó a convertirse en el Cine Bogart que proyectó películas en versión original y lo convirtió en sala de culto e intelectualidad. De nuevo los rumores llenan de misterio la sala, ya que el boca a boca de los empleados del cine cuenta que en la sala de proyecciones apareció el cadáver de un operario que instalaba el sistema de calefacción. No era poca cosa el rumor, que además cobró fuerza con los testimonios de más empleados que afirmaban ver al fantasma y oír ruidos y golpes cuando el cine cerraba sus puertas.

Tras dos décadas de proyecciones, una larga vida viendo pasar la historia y evolución del espectáculo en Madrid, y sobre todo muchos rumores y misterio a sus espaldas, en 2001 el edificio se cerró.

Actualmente sigue cerrado, abandonado, con la puerta tapiada esperando a que de nuevo una idea, un espectáculo o una mente valiente reabran sus puertas. No será tarea fácil, pero esperamos que algún día pueda ser recuperado y nos ofrezca de nuevo algún espectáculo o simplemente un espacio donde poder diversificar toda la creatividad de nuestro tiempo.

Si te has preguntado el motivo de este artículo, teniendo en cuenta que el cierre del edificio, novedad lo que se dice novedad, no es, la respuesta es sencilla. Es posible imaginar el interior del Cine Bogart, su decoración, el zócalo azul de azulejos de Talavera, los sillones aterciopelados de color rojo… sin embargo, además de la visión que tengamos cada uno de nosotros, en otoño del 2013 seis artistas visitaron el interior del edificio y nos muestran ahora en la exposición “Cine Bogart. Imaginar un edificio” el resultado de sus interpretaciones, sus espacios, sus símbolos y muchas de las historias que ocurrieron dentro, buscando que cada visitante se lo imagine de otra forma.

Suponiendo que habrán pasado por alto el tema del fantasma de la sala de proyecciones y que no pretenderán asustar a nadie, te animamos a visitar la exposición y a añadir algún edificio abandonado que conozcas en la plataforma paralela que han creado.

¿Qué le deparará el futuro al Cine Bogart? ¿Volveremos a disfrutar de él? Ya se verá, mientras tanto... ¿Qué opinas tú? ¿Conoces otros casos de edificios emblemáticos en situación de abandono?
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